Los titulares de noticias que me gustaría escuchar

14/10/2012 | carlosgoga | cambio | No hay comentarios

Me sorprende lo despistados y confusos que siguen en el circo de los medios de comunicación. Si, hoy he prestado algo de atención a los titulares de las noticias. Veo que o no saben, o no quieren saber, o no les dejan entender dónde está el origen de la crisis y de los problemas que ésta está provocando.  Porque no atinan a enfocar sobre las soluciones, o en su caso, sobre qué noticias son realmente importantes porque arrastrarán soluciones.

Porque el camino de la salida de la crisis pasa porque hablen mucho, y nosotros escuchemos hablar mucho, hasta la saciedad incluso, de los problemas realmente importantes. Yo apunto tres. Porque me gusta el tres. Y porque, a mis ojos, tres son los problemas básicos a los que nos enfrentamos como sociedad española y, por tanto, tres son los titulares de noticias que, cuando escuche, me permitirán saber que las soluciones reales ya están más cerca.

1. La corrupción sistemática y estructural en los partidos políticos y la casta política que los habita.

El principal y mayor problema que tenemos hoy, y por lo tanto, el origen de todos los problemas es la corrupción política. Tendemos a pensar que la corrupción es un fenómeno aislado, excepcional, poco frecuente. Y por eso, cada vez que se destapa un nuevo caso, escuchamos una y otra vez aquello de la “presunción de inocencia” y de la actuación de la justicia.

Pero no hay nada más alejado de la realidad. La política, hoy por hoy, es pura corrupción. Los partidos políticos, hoy por hoy, son grandes organizaciones diseñadas y mantenidas para ejercer la corrupción. Los políticos, hoy por hoy, son individuos que han interiorizado tanto la actuación corrupta que posiblemente ni tienen consciencia de su mal comportamiento. Y el sistema electoral es, hoy por hoy, la mentira legal que les sirve para mantenerse impunes en el poder. En otras palabras, son organizaciones criminales, verdaderas mafias, disfrazadas de ovejitas.

Y como sociedad tenemos que aceptar lo anterior y trabajar desde esa premisa principal: los partidos políticos son corruptos y hay que re-iniciarlos. La alternativa es la sucesión ilimitada de despropósitos (entiéndase corruptelas, robos y mentiras) a las que nos están y nos estamos acostumbrando.

Porque cualquier cosa, la que sea, en manos de un corrupto acaba siendo corrompida. Ejemplos los tenemos todos los días: ¿Qué hay que reducir el gasto? Pues subastan 75 coches oficiales (del tipo Audi A6) y se los adjudican ellos mismos al módico precio de 1.500 euros por coche ¿Qué hay que subir la recaudación? Pues se inventan una tasa de 3 euros al día para aquellos niños que van al cole y llevan la comida de casa porque no pueden pagar el comedor ¿Qué aumentan las protestas públicas por todos los atropellos y torpezas que comete el gobierno? Pues las demonizan públicamente e inician el proceso para ilegalizarlas ¿Qué se ha descubierto otro escándalo de corrupción, mayúsculo esta vez, en Galicia? Pues se anticipan las elecciones autonómicas y aseguramos el control  ¿Qué aumentan los casos de corrupción en los juzgados? Pues  se anuncia re- estructuración y recortes entre jueces y fiscales y les quitan medios ¿Qué la situación económica reclama atención y actuación? Pues que se esperen, que para eso mandan y cuelgan el cartel de ‘Cerrado por elecciones’ [Más sobre mi opinión acerca de los políticos aquí y aquí]

2. La inoperancia e inutilidad del sistema bancario español y de los banqueros que lo dirigen.

La función social más básica de un banco, la única que justifica su existencia, es recibir ahorros de los ciudadanos (las familias) y canalizarlos, vía préstamos, hacia la inversión pública (la promovida por entidades públicas) y privadas (la promovida por empresas).  En torno a esta función básica existen algunas actividades complementarias como la hipotecaria o la financiación de circulante. Los bancos disfrutan del “monopolio del dinero” única y exclusivamente porque se les ha confiado esta función, a la que llaman ‘circular el dinero’ y se espera que la cumplan. El resto, todo eso que gustan llamar “el sistema financiero”, es pura degeneración, algo socialmente innecesario y patológico.

Que los bancos tengan fuentes de ingresos independientes de su función básica es una trampa, una falacia de la que debemos salir. Si un banco no capta ahorros y no concede préstamos, no debe ni puede generar beneficio, y por lo tanto, no puede ni debe existir. Punto. Este es el eje central del problema. No pasa nada si un banco cierra. Se habla de cerrar hospitales, de cerrar ayuntamientos, de cerrar colegios y se acepta con resignación. Pues con mayor gana se debe aceptar el cerrar un banco. Lo aceptaríamos con alegría. Repito una vez más: o un banco realiza su función, o ese banco se cierra.

Es básico que aceptemos esta realidad y que actuemos desde esta premisa: o los bancos captan ahorros y conceden préstamos, es decir, hacen que el dinero circule, o deben cerrar. Lo demás es pura mierda y puro disfraz. La sociedad está diseñada con esta premisa metida en su ADN, y sin ella, todo lo que se haga es inútil.

Hoy por hoy, la banca es un simple sumidero de dinero. Dinero que llega a la banca, dinero que desaparece del sistema. El dinero no circula. Cada vez hay menos dinero en circulación. Y eso, ya lo sabemos, está matando la actividad. [Más sobre mi opinión acerca de los bancos, aquí y aquí]

3. La conjugación de “empresa, empresario y emprendedor” y “creación de empleo y paro” en una misma frase y en boca del gobierno y de los periodistas

La actividad económica  va de mal en peor. De un modo u otro, todos lo estamos sufriendo. Creo que el paro y la destrucción empresarial son dos constantes en nuestras vidas. Quizás amigos, quizás compañeros, quizás familiares, quizás nosotros mismos ya hayamos sufrido la pérdida del empleo o la pérdida de la empresa. Y nada que indique que la situación vaya a cambiar. Nada.

Pero lo peor es que se habla de paro y de creación de empleo con una frivolidad y una ignorancia que asusta. Quizás confundidos por sus vicios recientes, nuestros políticos corruptos (y sus periodistas) actúan como si la creación de empleo fuese el resultado directo de una ley, de un presupuesto generoso o de un tipo de contrato en específico. Cuando la única creación de empleo posible, la que realmente se necesita, es la creación de empleo ‘privada’. Y digo ‘privada’ porque en la coyuntura actual, el camino ya no es la creación de empleo ‘público’.

Es muy importante que reconozcamos que la sociedad necesita de la creación de empleo ‘privada’ y que ésta depende de las decisiones de ‘contratar empleados de las empresas’. Si esas empresas ya existen, entonces estaremos hablando que la creación de empleo depende de esos hombres y mujeres que identificamos como empresarios. Si esas empresas aún no existen, entonces hablaremos de que la creación de empresas y empleo depende de los emprendedores y emprendedoras (o futuros empresarios).

Así que el camino de las soluciones pasa por hablar de empresarios y emprendedores. Mucho. Tanto que al principio nos aburra y luego nos resulte tan familiar que ni nos aburra. Porque necesitamos que cientos de miles de hombres y mujeres, sino millones, den el paso y se conviertan en motores de su propia actividad empresarial.  Es decir, empiecen emprendedores para crecer hacia empresarios.

Y de momento, en la España del otoño de 2012 nadie, nadie está hablando ni de los empresarios ni de los emprendedores. Lo que equivale a decir que nadie, nadie está hablando de cómo crear empleo o de cómo darle la vuelta al problema del paro. Así de triste es.

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El camino de la salida de la crisis pasa por que hablemos y escuchemos hablar, mucho, hasta la saciedad, de estos tres asuntos: ‘políticos corruptos’ y ‘regeneración política’; ‘bancos que cierran’ y ‘el regreso del crédito’; ‘emprendedores que crean empresas’ y de ‘empresarios que crean empleo’. Hasta entonces y mientras los titulares sean otros, sabremos que lo peor de crisis aún está por llegar.

Etiquetas: 15-M, bancos, corrupción, crisis, emprendedor, indignado, oportunidad, políticos